La belleza más pura con lo macabro

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Últimamente me encuentro absolutamente pasteloso, y no hablo de enamoramientos o sucedáneos, sino en preferencias de colores y estética visual, y Sofia Coppola es una de las responsables de ello. 
Sofía no deja a nadie indiferente. Nacida y crecida entre guiones y cinematógrafos es una de las directoras más importantes del panorama contemporáneo, e hija de uno de los mejores directores de cine de nuestra época, Francis Ford Coppola (El Padrino de 1972 – 1990 y Apocalypse Now de 1979). Su sello determinante y personal forman sus elementos comunes: sus colores, el tratamiento de la imagen, su carácter tan personal, da igual lo que toque, como si es un truño de película o vídeo, desde la dirección de películas o vídeos musicales hasta el mundo de la publicidad, todo tiene esa personalidad que me hace querer ver más y más. Mis ojos se han vuelto adicto a esta estética.
 Las Vírgenes Suicidas, María Antonieta, City of Light para Dior, Lost in Translation, I just don't know what to do with myself de The White Stripes, etc,etc ¿Mejor reparto en todo? Imposible: Kirsten Dunst (otra de mis chicas favoritas), Kate Moss o Scarlett Johanson. Enserio, es como juntar todo lo que idolatro y plof ahí está. Así que gracias Miss Coppola, consigues que mis sentidos sufran un orgasmo artístico. 

Algo que leí que creo que podría ajustarse perfectamente: "cómo puede convivir la belleza más pura con una historia de lo más macabra."

P.D: Si alguien tiene que hacerme una película biográfica quiero que la directora sea ella.



And I know that love is mean, and love hurts
But I still remember that day we met in December



Promise you'll remember that you're mine 
Baby can you see through the tears? 
Love you more 
Than those bitches before 
Say you'll remember

Mi 'new girl'

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Un día de estos tenía que dedicarle una entrada a mi chica favorita del mundo mundial, ¡Ella es Zooey Deschanel! ¿Qué decir de ella, aparte de lo típico de guapa, con unos ojos increíbles, con talento y personalidad arrolladora?

Para mi es la nueva chica del momento, la “new girl”, como el propio nombre de su nueva serie de televisión que está arrasando en EE.UU (¡si no la ves, hazlo, ahora, corre, empiézala!), en la revista GQ la tienen idealizada, como yo, y nunca me cansaré de alabarla y babear por ella.

La mayoría la conocerán por su papel  en 500 days of Summer, en el cuál encarnaba a la temible y sin corazón ‘Summer’, pero quizás otros por su grupo indie folk, She & Him, que realmente también os lo recomiendo, u otro sin fin de motivos o parecidos razonables, sin duda su cara os tiene que sonar familiar, si no, vivís en una caverna.

Apuesto totalmente en ella y su rollo, pienso que poco a poco está consiguiéndose un lugar y puede llegar a sorprendernos aun mas, y ya no solo con su talento, sino por su personalidad y su estilo, tiempo al tiempo. Zooey tiene un estilo propio bastante definido y particular como podemos observar, es esa chica indie sexy que no parece que anda hasta arriba de cosas o que acaba de salir de un manicomio. Simplemente es ella. Al menos a mi me transmite positividad, diversión y un sinfín de sensaciones parecidas.ç



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Espero que no sea grave y esté enamorado, porque son unos síntomas de idealización demasiado fuertes. Pero, ¿quién puede resistirse a esta chica?





Nuestra realeza mental tiene su justificación

Se solía decir que la realeza era aquello compuesto por personas que eran enviadas por la mano de dios. Los reyes, las princesas y príncipes eran el eje y brazo ejecutor de todo. En la actualidad, como con todo, se ha convertido en algo banal. Y no, no hablo de la princesa Letizia ni de Urdangarín, esos pues ni me importan. Hablo más bien de las idealizaciones de cuentos y todo eso que hemos ido absorbiendo nosotros, la generación “Disney”.
 Ser un príncipe o una princesa es especial y vanidoso, todos queremos serlo, lo neguemos o no, y la cúspide llega cuando ya algunos se atreven a nombrarse a ellos mismos como ello. 
 Y os preguntareis el por qué de esto, pues bien, me he puesto a analizar y observar a personas que lo hacen. Desde un caso lejano como el caso de las “princesas del pop” (risas) y las “reinonas del pop”, a casos más particulares como nuestros pequeños príncipes bloggers que andan sueltos, tan monos ellos con sus coronitas. Yo reconozco que eso de llevar corona es lo mejor, me encantan, y me las regalan, hasta en Burguer King siempre le pido una a las señoritas dependientas tan simpáticas ellas.
Justamente es eso, nos hace sentirnos especiales, quizás un pequeño complejo de príncipe enviado a la tierra por Dios y que nadie reconoce. A veces nos gusta reclamarlo, ese reino ficticio, ese reino que nos han creado en nuestra cabeza y que nos hace sentirnos desamparados en este mundo actual.
 ¡Pero no os preocupéis, todo esto tiene una solución, y es nuestro querido mundo de la moda y celebrities! Todavía recuerdo ese kissing room (siempre lo pronuncio con un acento andaluz muy marcado porque es genial eso) de Cibeles, aquella fiesta “cool” y “fashion”, en el que todos llevaban sus coronitas imaginarias, o aquella fiesta Yo Dona, en el que todos intentamos reivindicar nuestro poder, cuál princesas zarinas perdidas a lo Anastasia, allí, todos juntitos e intentando demostrar quién tiene más sangre azul. 
 Walt Disney, tú tienes la culpa, y ustedes también, Hermanos Grimm, os reto a descongelaros ahora y darnos ciertas explicaciones y veáis lo que habéis conseguido. Diles a todos estos mamarrachillos que yo soy el principito escondido (léase con toque de humor, por si las moscas).

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El arte era portada

Para quién no lo supiese hubo un tiempo dónde las editoriales de moda como Vogue, recurrían al arte en lugar de la fotografía y portadas sexies, dándoles cierto carácter artístico superior al de sus "rivales" (entrecomillemos infinitas veces eso). En este caso que muestro a continuación, el artista elegido fue Dalí, y ya sabéis el fetiche que significa para mi, pero otros muchos como Picasso o Giorgio de Chirico siguieron esta moda, si googleais un poco seguro que las encontráis.


  1944

1939


En un principio la idea me ha parecido genial y moriría por tener una de estas portadas en mis manos, pero luego he estado replanteando el mezclar arte con este tipo de cosas, aunque se supone que "la moda" es algo así como "arte". Al fin y al cabo, llega un punto, como en el caso de Dalí que pasa a lo comercial y en aquellos momentos de la historia, en la que todo era tan idealizado y perfectísimo para los que lo vemos en la actualidad, se supone que Vogue se encontraba, mas o menos, podría decirse, a la misma altura. Pero como diría el propio Salvador: "Yo soy el arte moderno. Es que el arte moderno es el único vivo que hoy existe, el único vivo de nuestro tiempo, y el único que corresponde a la realidad histórica de los tiempos que vivimos, los cuales en verdad son desastrosos. Yo también soy desastroso. Pero yo soy Dalí." 



1946


A pesar de esa reflexión en alto sin ningún sentido, aplaudo por ello y me fascinaría volver a encontrar portadas así. Que genial sería que todos pudiésemos comprar una pieza hecha expresamente para encontrarse allí, y ser lo que es; Arte. 


Josh Beech and the Johns- She

Para quién no tuviese notificación de ello, el modelo Josh Beech, a parte de ser uno de los modelos con mayor tirón en la actualidad, y estar en todos lados (su cara os tiene que sonar, sí o sí), también tiene su lado musical, y la verdad que no decepciona. Podéis investigar un poquito por internet y escuchar un poco mas de él, o más bien, de Josh Beech and The Johns. Evidentemente Burberry y sus geniales y ya conocidos acústicos lo han utilizado como a otros muchos grupos "indie" que encajan perfectamente con su "rollo", que como siempre digo, me encanta.
En este caso os dejo con una pequeña actuación de ellos para la marca Alchemy, para su línea de camisetas. Disfrutad. Maravilla para los oídos.


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